Rocío Sánchez: Pasión que inspira

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Decía Aldous Huxley, autor de “Un mundo feliz”, “La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”, y así es como Rocío Sánchez Rivera, directora y fundadora de Mejora Continua para el Transporte, empresa dedicada a la consultoría de estrategias y operaciones, ha trabajando durante más de tres décadas en la formación de empresas.

Actividad que transmite con la pasión y afecto que siente por su trabajo, mismo que refleja el éxito de quien ha encontrado en esta industria la satisfacción personal y profesional con historias que sólo puede contar quien ha vivido de cerca la indiferencia hacia quienes hoy llaman “héroes de las carreteras”, es decir, los operadores.

Y es que no siempre ha sido así, recuerda que en su profesión dedicada al desarrollo organizacional, inicialmente para la industria metal-mecánica en Querétaro, descubrió la necesidad de afinar la parte operativa y optimizar los procesos internos.

Fue así que decidió independizarse y cambiar de giro al autotransporte. Con este nuevo enfoque comenzó en Autotanques Nieto y Transportadora Egoba, las primeras empresas con las que inició una relación profesional, que hasta ahora se mantiene vigente.

“Sabía mucho de desarrollo humano y organizacional, pero absolutamente nada del transporte”, relata.

Rememora que la primera advertencia al entrar a trabajar con Autotanques Nieto es que los operadores habían terminado a golpes con su instructor anterior, exhorto que le haría reconocer el desafío que tenía enfrente.

No obstante, el respeto inmediato a los operadores la hizo ganarse su confianza y como ella dice “se dio el amor a primera vista”, relación que perduraría los siguientes 20 años.

Pronto entendió que ser operador era un profesión complicada, que su función no era sólo trasladar mercancías del punto A al punto B, sino que también son profesionales que conocen de mecánica, reglamentaciones, geografía del transporte y maniobras, entre otros temas.

Investigar, una de sus pasiones

Con más de 30 años de trayectoria, Sánchez Rivera ha logrado reunir historias que hoy comparte con el objetivo de fomentar el valor de los operadores, una profesión acechada por la misma escasez de operadores, los altos índices de robo al transporte de carga y la falta de nuevas generaciones interesadas en seguir el oficio de sus padres.

Afirma que en la actualidad, los operadores ya no quieren que sus hijos sigan sus pasos, prefieren que sean abogados o ingenieros, menos operadores, lo cual ha mermado la situación, “si a esto le añades que las generaciones existentes están a punto de jubilarse y que algunos buscan irse a Estados Unidos, porque van a ganar cuatro veces más de lo que están ganando aquí, el problema es aún mayor”.

En ese andar como instructora, califica a los operadores como sus maestros, enseñanza que le ha dado la habilidad para detectar los problemas de una compañía, desde la cabeza de la empresa hasta la persona que abre la puerta.

Asegura que se exponen a muchas cosas y no son valorados, “es una carrera socialmente no aceptada, desde la forma de llamarles ‘traileros’ es denigrante para ellos”.

Y ante la preocupación por la alta tasa de rotación que tienen las empresas de transporte, misma que ha llegado a contabilizar hasta en 296%, es decir, una compañía que requiera 300 operadores, tenga que contratar 900 en un año, la ejecutiva promueve mejoras prácticas que van desde la revisión al salario, las condiciones de trato con el personal, que las instalaciones cuenten con servicios esenciales como regaderas, baños y un lugar donde coman, hasta cuidar que no manejen fatigados para evitar algún accidente en carretera.

Revela que, a este ritmo, de aquí al año 2030 nuestro país tendría que hacer alrededor de 262 mil nuevos operadores, sin tomar en cuenta los que están dejando el oficio por los altos índices de inseguridad.

Gracias a esa experiencia adquirida, sabe que es muy caro para las empresas crecer a partir del ensayo y error. “Una de mis pasiones es la investigación, por este motivo, no pierdo la oportunidad de estar frente a un grupo y extraer conocimiento. Porque en México no hay opción académica que hable de cómo formar operadores”.

Por este motivo, recomienda a las nuevas generaciones de mandos medios, involucrarse con lo que es realmente el transporte y la idiosincrasia del operador, “estoy convencida de que mientras las empresas no se esmeren en enmendar el trato al operador, no tengan empatía con lo que es un viaje y pasar hasta 40 horas esperando para cargar o descargar, no tendrán éxito”.

No obstante, refiere que afortunadamente hay compañías que nacen con esa filosofía, empresas de la talla de Alianza Trayecto, Autotanques Nieto y Transportadora Egoba.

Descubrir cosas nuevas

Ante la interrogante ¿Cómo ha transformado tu vida el autotransporte? asegura que ha sido un aprendizaje de todos los días, impulsada por descubrir siempre algo nuevo sin perder la capacidad de sorprenderse.

“En esta pandemia aprendimos mucho, yo tenía desde hace tiempo la inquietud de crear una Universidad Corporativa, proyecto que se aceleró y se puso en marcha en 2020”, explica.

Y aunque ha tenido que esperar para emprender cursos presenciales, asegura que las plataformas digitales han sido una herramienta importante para mantener la capacitación, modalidad que dice, una vez controlada la pandemia permanecerá vigente, bajo un método de enseñanza híbrido que facilitará reunir a las personas sin tener que desplazarse, ahorrando tiempo y dinero.

Al frente de Mejora Continua para el Transporte refiere que uno de los retos con la emergencia sanitaria, fue digitalizar las operaciones en un tiempo “brutalmente breve”, porque todo lo que tenía presupuestado para 2020 tuvo que parar. No obstante, refiere que esto les dio la oportunidad de desarrollar nuevas formas de aprendizaje.

La mejor enseñanza

Con un sinfín de historias por contar, afirma que la mejor lección que le ha dejado su formación profesional es la igualdad y respeto por los operadores. Admiración que comenta, tiene el mismo valor que cualquier otra carrera, “ellos pasan muchos años detrás de un volante y eso los hace expertos”.

Precisa que la enseñanza es otra de sus pasiones, disfruta impartir cursos y compartir lo aprendido y reitera que las empresas transportistas deben tomar más en serio el capital humano, “las personas somos las únicas capaces de generar ventajas competitivas. De nada sirve tener una flota en el patio, si no hay quien la mueva”.

Y como todo esfuerzo tiene su recompensa, señala que las más grandes satisfacciones están en el agradecimiento, “desde encontrar a operadores que pasan de una empresa a otra y decirme, ¡Yo dejé las drogas por lo que usted me dijo! o ¡Terminé de pagar mi casa! Son satisfacciones que no tienen precio”, afirma.

Indica que el siguiente reto a nivel profesional es ampliar el proyecto de Universidad Corporativa para operadores, debido a que muchas empresas transportistas han intentado hacer sus propias escuelas, “las compañías no tienen porqué saber de educación, obviamente a veces no resulta y forman operadores para otras empresas”.

Con esa energía de hacer que las cosas sucedan, el legado que Rocío Sánchez quiere dejar es que las empresas tengan un trato más humano con los operadores y hacer conciencia de su importante labor, pero al mismo tiempo, que la sociedad también aprenda a valorarlos.

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