En México, cuenta con una flota de 500 camiones y remolques, con una antigüedad promedio de cuatro años, dedicados a transportar todo tipo de mercancías.Con una camioneta de Ford Modelo A, en 1933 James A. Ryder decidió apostar al segmento de la transportación en Estados Unidos con la empresa que llevaría su apellido: Ryder Trucking.
Posteriormente, se expandió a Canadá, el Reino Unido, Europa, Suramérica, México y China, contando en la actualidad con 150 mil unidades y 20 mil remolques a nivel mundial.
Sólo en México, dispone de 500 camiones y remolques, con una antigüedad promedio de cuatro años, equipados con la más avanzada tecnología en beneficio del medio ambiente.
Además, da mantenimiento a cerca de 500 remolques provenientes de Estados Unidos y Canadá que prestan el servicio a sus clientes.
Los inicios
Sus actividades en los años 60 y 70 en Estados Unidos y Canadá destacaron con el arrendamiento de unidades, renta de motores de avión y gasolineras públicas para camiones, así como la división de madrinas (camiones nodriza) para dar servicio al fabricante automotriz General Motors.
Más tarde, con el establecimiento del TLCAN y el crecimiento del negocio, en 1994 se estableció Ryder de México con el enfoque de una solución en logística y transportación.
Mantenimiento
Para tener en buenas condiciones su flota vehicular, Ryder de México tiene seis talleres mecánicos propios ubicados en Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Monterrey, Guadalajara y el Distrito Federal; y cuenta con mecánicos profesionales y staff de mantenimiento.
Ryder, una de las primeras empresas a nivel global de logística integrada y transporte, presta servicios de arrendamiento de equipo de transporte, que incluye el mantenimiento del mismo.
“Hoy nuestros clientes pueden comprar su unidad y nosotros nos hacemos cargo del mantenimiento y los gastos que se deriven del uso y desgaste normal. Asimismo, los atendemos en los destinos a donde deseen llegar.
“Para que sea eficiente el servicio, contamos con una base de datos, la cual nos permite armar la flota acorde a sus requerimientos, utilizando la mejor tecnología y un máximo rendimiento en el consumo de combustible”, destacó Frank Rodríguez, director de mantenimiento y seguridad de Ryder de México.
Manifestó que la red de talleres de Ryder de México cuenta con el reconocimiento y aval de empresas como: Freightliner, Isuzu, Bridgestone, Navistar y Cummins, “las cuales nos ayudan a optimizar el mantenimiento de nuestras unidades”.
Capacitación
A decir de Frank Rodríguez, una de las ventajas de la compañía es su disposición en servicio y capacitación, principalmente con el personal de sus talleres.
“Tenemos claro que la capacitación es la base principal para el desarrollo de toda empresa. Es por ello que contamos con el personal dedicado a visitar cada uno de los talleres y brindar actualizaciones, con la finalidad de perfeccionar sus técnicas y otorgándoles la información necesaria para mantener los camiones en perfectas condiciones”, recalcó.
En materia tecnológica, Ryder integra un medidor electrónico, una computadora que se instala y programa en cada uno de los talleres con el propósito de recopilar la información técnica necesaria de cada unidad para brindar un mejor mantenimiento.
En este sentido, Frank Rodríguez reconoció que con esta herramienta parte del trabajo del mecánico es mantenerse actualizado en las más recientes innovaciones para que su trabajo sea más eficiente.
“Cada país opera de manera diferente, por lo que en cada uno de ellos donde tenemos presencia (Estados Unidos, Canadá y México) manejamos diversos sistemas, ya que cada camión tiene su periodo de mantenimiento, que es determinado de acuerdo al rendimiento del combustible”, puntualizó el directivo.
Estrategias
Después de enfrentar la crisis económica en 1994 (conocida como el “error de diciembre”) y la actual que se vive mundialmente, Frank enfatizó que una de las estrategias para mantenerse en el mercado nacional se encuentra en la calidad de sus servicios.
Reconoció que ante la actual dificultad económica, la clave está en cambiar la mentalidad y pensar en las necesidades del cliente, hacerlas propias, crecer de la mano y aprender a administrar los recursos y evitar gastos innecesarios.