Las nuevas tendencias en uso de energías alternas en el transporte público de las ciudades, tienen como fin la implementación de autobuses sustentables, basados en reducir las emisiones contaminantes, brindar un servicio de mayor eficiencia a los usuarios, además de proporcionar una mejor calidad de vida a la sociedad. Actualmente, en México ya predominan rutas ecológicas, que operan con unidades que utilizan tecnologías alternas.
Desde siempre, el mundo depende del transporte para estimular su crecimiento económico y desarrollo. Sin transporte, las personas no pueden trasladarse a sus lugares de trabajo, no se entregan materiales a las empresas manufactureras y los bienes no llegan al mercado.
Es así que el transporte, tanto de personas como de bienes, es un componente necesario del desarrollo mundial. No obstante, ha ido acompañado del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pues las tecnologías y las modalidades convencionales de transporte emiten grandes cantidades de CO2, lo que ha hecho que este sector contribuya al cambio climático mundial provocado por el hombre.
Sobre todo en el ámbito del transporte público en las ciudades, desde hace tiempo, varios países han adoptado medidas que buscan mejorar la eficiencia de los vehículos y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Para ello, han instrumentado políticas de impuestos y restricciones tanto a los fabricantes de vehículos, como a los combustibles. En ese rubro, de acuerdo con el Consejo Internacional de Transporte Limpio, destacan Japón y la Unión Europea, al lograr en 2002 las más bajas emisiones de CO2 por kilómetro recorrido (alrededor de 160 gramos), debajo de Australia y China (210 gramos), Canadá (poco más de 240 gramos) y de Estados Unidos (260 gramos).
A decir del organismo, esta diferencia de gramos, significa que en sólo un año, un vehículo estadounidense promedio lanzará al aire alrededor de mil 500 kilogramos de CO2 más que el automotor promedio japonés o europeo. De ahí, radica la importancia de fabricar vehículos con tecnologías alternas más eficientes.
Experiencia nacional
Respecto a México, advierte que se ubica al margen de las tendencias internacionales, pues de los 30 países que integran la OCDE, solamente cinco carecen de políticas que impulsen la eficiencia en el transporte. Uno de ellos es nuestro país, que vive un veloz y sostenido aumento del parque vehicular, con un crecimiento de 36 por ciento, promedio, anual, generando altas partículas contaminantes.
Lo anterior, ha llevado a los gobiernos de otros países y a autoridades estatales a desarrollar estrategias oficiales para articular los diversos modos de transporte, para impulsar en forma enérgica un sistema de transporte público eficiente.
Para entrar en esta tendencia, en México, hace un par de años el Gobierno del Distrito Federal planteó la necesidad de implantar una reforma global del sistema de transporte urbano que favoreciera su eficiencia y que al mismo tiempo impulsara beneficios ambientales, incluyendo el des-estímulo al uso del automóvil individual y su racionalización; el adecuado mantenimiento, integración y expansión, con mayor calidad de servicio de los transportes públicos menos contaminantes (Metro, trolebús y camiones de alta capacidad, como el
Asimismo, planteó la sustitución de los microbuses por camiones con tecnología alternativa que otorgan un menor impacto ecológico, organizados racional y eficientemente; la ampliación de rutas del transporte público en las colonias populares periféricas y su conectividad al sistema troncal; el ordenamiento de la vialidad urbana y las conexiones metropolitanas para superar los cuellos de botella existentes.
Se expuso así, la necesidad de contar con un sistema integral de transporte basado en el diseño de corredores estratégicos en ejes viales de la Ciudad de México, donde, de manera individual, cada corredor diera soluciones a resolver problemas viales y urbanos.
De esa manera, el corredor Metrobús en la avenida de los Insurgentes fue el primero de un sistema de corredores estratégicos, puesto en marcha bajo el Programa de
Calidad del Aire en la Zona Metropolitana del Valle de México 2002-2010 (Proaire) y del Programa Integral de
Transporte y Vialidad 2002-2006 (PITV).
Además, para su implantación, se llevó a cabo el “Programa para la Introducción de Medidas Ambientalmente Amigables en Transporte” y en él se trabajaron simultáneamente seis componentes: Imagen y comunicación, operación e infraestructura, pruebas de tecnología de autobuses, entre otros temas.
Dichas demostraciones tecnológicas, consistieron en una serie de pruebas comparativas para autobuses que utilizan combustibles y tecnologías alternativas (híbridos y Gas Natural Comprimido) y los vehículos a diesel modernos y normales (con diesel normal y de bajo contenido de azufre, 15 ppm y 50 ppm).
Después de diversas pruebas, comparando ventajas y beneficios, en 2011, en el Distrito Federal inició operaciones la primera Ruta de Ecobús Balderas-Santa Fe, con 37 kilómetros de longitud y 30 nuevos ecobuses.
Esta ruta, a la fecha, traslada en promedio 20 mil 600 usuarios por día hábil y aproximadamente 82 pasajeros gratuitos al día.
También, permite la interconexión con las líneas 1 y 3 del Metrobús, con 4 líneas del Metro y con el Corredor Cero Emisiones Eje 2.
Con esta propuesta, la Ciudad de México sumó la primera flota a nivel nacional que opera con Gas Natural Comprimido, tecnología de punta amigable con el medio ambiente, contribuyendo a disminuir el calentamiento global, pues elimina la emisión de partículas, reduce en 99.9 por ciento la emisión de monóxido de carbono y al 50 por ciento los óxidos de Nitrógeno, además de excluir la emisión de humo al 100 por ciento.
También, sólo es visible vapor de agua durante el arranque del Ecobús. Adicionalmente, se reducen los niveles de contaminación auditiva de 84 a 80 decibeles.