Con más de 35 años de experiencia en el ramo, Transportadora Turística Lopresti actualmente cuenta con una flota de 30 autobuses y más de 45 rutas al centro y sureste de la República Mexicana, principalmente.
Sus inicios, de acuerdo con Norma G. de Lopresti, gerente general de la empresa, se dieron en un periodo de gran auge del turismo en el país, pues “se trasladaban grupos de 500 a mil personas”.
De hecho, advierte, la idea de abrir este negocio surge de su trabajo en una agencia de viajes, en donde se desempeñaba como directora de turismo receptivo, percibiendo la creciente demanda del servicio de autobuses de turismo y de la falta de unidades modernas, limpias y confortables.
Así, decide abrir Transportadora Turística Lopresti, la cual se dio en un periodo en el que los fabricantes de autobuses instalados en el país daban diversidad de facilidades crediticias para adquirirlos.
“Considerando que el ofrecimiento de las armadoras (atención personalizada al cliente) llegó en el momento exacto cuando deseábamos iniciar el proyecto, decidimos adquirir nuestras primeros tres midibuses de la marca Ford; dos años después, ante la expansión de los servicios adquirimos unidades Somix 5000”, recordó.
Ante ese crecimiento, la empresa alcanzó más destinos turísticos y la flota aumentó, “cambiando hasta el nombre, al pasar de Minibuses Turísticos, a Transportadora Turística Lopresti”.
Negocio rentable
A pesar de ese desarrollo, Norma G. de Lopresti, advirtió que actualmente el negocio es más competido, pero la compañía se ha mantenido gracias al excelente servicio que otorga.
“Hoy en día resulta complicado hacer rentable el negocio. La cuestión de la competencia es una constante, ya que no se sabe quién aumentará los costos, ante el aumento de los costos de operación”, mencionó.
Agregó que su éxito, se basa en mantener una relación proveedor-cliente-consumidor muy cercana, adecuándose a las propuestas y tomar decisiones a favor de todos.
“El mercado es quien pone las reglas de consumo y grandes monopolios que encaminan la competencia desleal sin dejar opción al consumidor final. Por ejemplo, hay agencias que proponen demasiadas rutas por cubrir, pero sus unidades no son de amplia calidad, por lo que sus gastos operativos no son iguales a los nuestros”, apuntó.
Flota moderna
Y aunque sólo cuentan con una flota de 15 autobuses, Norma G. de Lopresti asegura que tratan de tenerla lo más moderna posible, ya que buscan renovar una unidad por año.
“Tratamos de no estancar la flota, y anualmente adquirir mínimo un autobús por año, lo cual representa un progreso de renovación para la empresa, lo que ocasiona un aumento en la demanda y recomendación de turistas”, destacó.
La directiva señaló que actualmente se inclinan por los autobuses Scania con carrocería Irizar, al ser amplios con excelente vista panorámica y periférica agradables a los clientes, y “precisamente por que la demanda así lo requiere, dan mayor visibilidad para los pasajeros y para el conductor”.
Asimismo, “la funcionalidad de tener dos puertas, la amplitud de cabina y lo confortable de los asientos, hace posible la compra de estas unidades. De hecho, la calidad va de la mano con la estética de un autobús”.
También destacó el servicio que le brinda la marca, pues se mantiene en constante contacto y está al tanto de sus requerimientos.
En cuanto a reparaciones, la compañía cuenta con un pequeño taller con un mecánico para reparaciones menores; mientras que en composturas mayores, acuden a las agencias de la marca.
Añadió que en abasto de aceites y componentes para mantenimiento, éstas se adquieren mediante convenio con Irizar o Scania.
De esta manera, además de tener autobuses modernos y operadores ampliamente capacitados, Transportadora Turística Lopresti suma a su servicio conductores con amplia experiencia y altamente capacitados, que acuden a cursos periódicamente para un mejor manejo y trato adecuado a los clientes.
Requerimientos
Para esta organización, el tratar de vender una unidad usada se ha convertido en una situación complicada, pues aún las unidades son caras. Además, el comprar un autobús nuevo, cada vez también es difícil ante los altos costos crediticios
Por ello, recomiendan a los fabricantes adecuarse aún más a los requerimientos de cada empresa ya sus formas de pago.
“En nuestro caso, no acudimos al Programa de Chatarrización porque la recompensa por los autobuses entregados sólo aporta un 15 por ciento de su costo original, aproximadamente 75 mil pesos por unidad, lo cual no es nada”, mencionó.
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