Transporte voluminoso: ¡El tamaño y el peso, sí importan!

Los retos del transporte voluminoso
El trámite de permisos para el transporte voluminoso suele ser un dolor de cabeza

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En 2018 llegó al Puerto de Veracruz un secador de papel que tenía como destino final la fábrica de Kimberly Clark ubicada en Morelia, Michoacán, con un peso bruto de más de 145 toneladas, 8.7 metros de largo, 5.62 metros de ancho y 5.72 de alto, era un transporte voluminoso.

Mover esa pieza, no solo de gran peso sino de grandes dimensiones, le implicó a Transportes Tellería, empresa con 50 años de experiencia en este sector, recorrer 900 kilómetros en 30 días por pequeños poblados y caminos reducidos que no estaban adaptados para el traslado de este tipo de mercancías.

Fue un trabajo que requirió de mucha coordinación con autoridades federales, locales y municipales, además de empresas privadas, para remover del camino cables de alumbrado público, de telefonía y de internet, mover letreros viales, trazar nuevas rutas y hacer maniobras en distintas vialidades. Todo para que pudiera pasar el secador de papel.

Historias como esta viven a diario las más de 37 compañías transportistas registradas ante la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), para el movimiento de objetos indivisibles de gran peso y/o volumen. Hasta 2018, dichas empresas tenían inscrita ante la dependencia una flota de 15 mil 335 unidades, que representan 10.9% de la participación del parque vehicular de carga especializada del país.

El atorón

Más allá de los obstáculos naturales y de infraestructura estas compañías se enfrentan a la lentitud en la emisión de permisos para transitar por las vías federales, al cobro excesivo en casetas y a las extorsiones municipales, coincidieron transportistas consultados por Alianza Flotillera.

Para Miguel Ángel Sánchez González, gerente general de Trensa Transportes, uno de los mayores problemas es el costo que tienen que pagar para cruzar las casetas que se encuentran en la ruta, ya que en México no están diseñadas para el paso de este tipo de productos.

“Los transportistas tenemos que desembolsar desde siete hasta 20 mil pesos por el desarme de cada caseta que tengamos que pasar con la pieza en cuestión, hay que quitar sensores, plumas, cámaras de vigilancia y, en algunos casos, muros de contención. Este proceso dura en promedio de ocho a 10 horas, incluso, dos días, lo que puede variar dependiendo del tamaño de la carga y del lugar por donde pasemos”, explicó.

Lo anterior no solo provoca retrasos en la entrega, sino que genera un sobrecosto para los clientes, lo que puede elevar el precio de un flete hasta 100%. Los mayores problemas, dijo, están en rutas como Morelia – Puerto de Lázaro Cárdenas, por ejemplo.

Por otra parte, las oficinas de la SCT encargadas de otorgar los permisos para circular a nivel local o federal para transportar piezas de gran peso o volumen hacen muy lento este trámite, lo cual se traduce en retrasos en las entregas a tiempo.

“Las concesiones locales, que son las que sacamos para transportar piezas menores a 90 toneladas, anteriormente las podíamos gestionar en un día, ahora tardamos dos. Para mover piezas de mayor peso pueden pasar 15, 30 o hasta 45 días en promedio, esto depende de la ruta y del tipo de pieza a trasladar”, detalló Jesús Salazar, asesor de Transportes Tellería.

Sánchez explicó que el permiso federal, que se tramita en la Ciudad de México y cuyo costo es de 800 pesos, demora más tiempo debido a que personal de la SCT realiza una inspección física de la ruta propuesta para el traslado de la pieza en cuestión y verifica que los puentes que se vayan a cruzar estén en condiciones de soportar la carga.

“El problema no es el costo del permiso sino el tiempo que tardamos en obtenerlo porque eso retraza las entregas y, consecuentemente, costos no presupuestados. Por ejemplo, algunas plantas cuentan con programas de transporte muy estrictos, y si llegamos tarde se genera un costo adicional: si es una plataforma normal hay que pagar mil 200 pesos diarios, pero si el equipo es sobredimensionado puede ir de 50 a 60 mil pesos por día. La cantidad varía según el tamaño del proyecto”, sostuvo.

Las extorsiones

A decir de Raúl Valdés Álvarez, director general de Track Transportación, otro reto para mover este tipo de piezas son las extorsiones que sufren los transportistas por parte de algunos gobiernos municipales al querer transitar por poblados pequeños, aun cuando la NOM-040-SCT-2-2012, para el transporte de objetos indivisibles de gran peso y/o volumen, no contempla el pago por estos conceptos.

“Nos extorsionan alegando que para circular con estas piezas debemos solicitar un permiso local, pero sacar un permiso por cada pueblito es inoperable y complicado. El desembolso que hacemos varía de localidad a localidad. Estamos a su merced”.

Tan solo en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México existen 2 mil 457 municipios. Oaxaca es el estado con mayor número de municipios, con 570; seguido por Puebla con 217, Veracruz con 212 y Michoacán 112.

“Se atoran” transportistas de voluminosos

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