La firma tapatía Transportes Azteca nació a principios de la década de los 90 para atender las necesidades de la industria alimentaria con apenas una decena de unidades, y desde entonces ha pavimentado un camino de especialización y crecimiento constante.
En entrevista con Alianza Flotillera, Santiago Pérez, director general de Transportes Azteca, relata que la historia de la empresa tuvo su origen hace tres décadas para atender a un grupo empresarial de Jalisco enfocado en la producción de grasas y aceites vegetales, un segmento de negocio que al día de hoy, la firma transportista continúa atendiendo de forma independiente con una diversidad significativa de clientes.
Desde entonces, cuenta el directivo, la empresa ha podido sobresalir y reponerse a diversos retos; desde crisis financieras, como la de 1995, hasta la pandemia de COVID-19, suceso con el que se vieron afectados durante los primeros meses y del que se han recuperado en su totalidad luego de reportar caídas de hasta 35% en sus ventas durante los peores momentos.
Pero los desafíos que implica dedicarse a la industria alimentaria van más allá de los factores externos, sino que el transporte en este segmento es un reto en sí mismo, dado el alto grado de especialización que esto significa. “Hablar de productos de grado alimenticio conlleva seriedad y compromiso”, señala el directivo.
En este sentido, Pérez Soltero indica que la exigencia se hace presente en aspectos como: las configuraciones requeridas en las unidades, el servicio a la medida para cada cliente, o el control en el proceso de lavado, un paso fundamental en este segmento de negocio, ya que se requiere una purificación total para que los tanques de traslado queden libres de bacterias o cualquier otro contaminante.
Dichas cualidades le han permitido a Transportes Azteca tener un crecimiento constante, al grado de que en la actualidad cuentan con una flotilla de 130 unidades, entre las que se encuentran marcas como Freightliner, Kenworth e International, con una edad media de entre 3.5 y 3.8 años. “Tratamos de minimizar los costos de mantenimiento utilizando esta estrategia de renovación constante”, comenta. A esto, se suman más de 200 remolques, por lo que la mayoría de sus servicios están enfocados en la configuración full.
“Tenemos el compromiso firme en un crecimiento anual del 30% en nuestra flotilla”, señala el directivo.
Otro de los aspectos que Transportes Azteca tiene como prioritarios es la capacitación del personal, compuesto por 230 colaboradores, quienes luego de pasar por un proceso de reclutamiento se mantienen en constante capacitación, misma que no sólo se limita a los operadores de caminos locales y federales, sino que es extensivo a encargados de lavado o moledores de patio.
La base corporativa de la empresa está en Guadalajara, pero se tienen dos más: una en Veracruz y otra en Gómez Palacio, Durango, aunque sus recorridos se realizan a lo largo y ancho del territorio nacional.
Si bien la estela que ha dejado esta firma transportista a lo largo de 30 años puede calificarse como exitosa, hoy en día ya mira hacia el futuro, con desafíos tan importantes como es la internacionalización.
“Tenemos un interés muy importante en capitalizar las oportunidades que hay en el mercado extranjero con el traslado de mercancías de México hacia Estados Unidos. Ese es un reto importante que tenemos para el cierre de este año”, afirma Santiago Pérez, al tiempo que destaca la posibilidad de capitalizar oportunidades en segmentos como el de refrigerado o en la industria química.
A decir del directivo, Transportes Azteca se ha definido en estas tres décadas por su enfoque en el servicio al cliente, gracias al respaldo y profesionalismo de su equipo. “Somos una empresa con personas con ética de trabajo”, afirma.