La electromovilidad no es nueva en México, tiene una historia de más de 120 años con la puesta en operación del primer tranvía en la Ciudad de México. Los años pasaron, la tecnología avanzó y la oferta creció a seis modelos de vehículos eléctricos para el traslado de carga y pasajeros que actualmente hay en el mercado.
Pero en el camino hacia un transporte menos contaminante, también se desarrollaron motores híbridos, o que funcionan con gas natural, biocombustibles, combustibles sintéticos e hidrógeno.
Para Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, ANPACT, todas estas tecnologías, junto con los motores que utilizan diésel normal o de Ultra Bajo Azufre, UBA, “convivirán” en el mercado mexicano durante un periodo de 20 años que serán de transición hacia el transporte verde o eléctrico.
El camino hacia la electrificación
Mencionó que por el momento, es bueno que exista toda esa variedad de opciones de motor; sin embargo, señaló la importancia de que el gobierno decida, por una parte, otorgar estímulos fiscales para la renovación de la flota y por otra, que defina el tipo de estímulos que serían. Por ejemplo: incentivos económicos “verdes” directos; no económicos pero a cambio dar bonos o incentivos en circulación, entre otros.
“Eso ayudaría a que los transportistas decidieran qué tecnología les convendría adquirir para renovar sus vehículos”, puntualizó.
Lo anterior cobra relevancia porque a nivel nacional, casi 40% de la flota de camiones y tractocamiones tiene 21 años o más y la edad promedio de los autobuses es de 17.2 años. Estos vehículos están probablemente en manos de los pequeños y medianos transportistas, quienes tienen 46.3% del total de la flota que hay en el país.
Miguel Elizalde especificó que en todo México hay 286 unidades eléctricas en operación. De ese total 218 son trolebuses, 38 autobuses, 10 unidades para el transporte en carriles confinados y 20 camiones de carga.
Técnicamente hablando, el peso de la batería, la autonomía, la inversión en su mantenimiento, el tiempo de recarga y el costo de la instalación de electrolineras para camiones y autobuses, son variables que también determinarían si se impulsa más o menos la electromovilidad en México.
Te puede interesar: