Las luces del recinto se apagan, un suspiro colectivo, un murmullo contenido estalla en gritos de júbilo cuando los primeros acordes de una canción cualquiera suenan, señal de que el concierto arrancó.
Días antes decenas de personas trasladaron y armaron los escenarios, conectaron consolas, mezcladoras y luces.
Antes de salir al escenario, los artistas viajaron kilómetros, de ciudad en ciudad, incluso de un país a otro, pero ¿Qué hay detrás del espectáculo?, ¿Cómo es la logística musical para que todo sea un éxito?
“Cuando salimos de gira, vivimos más de la mitad del tiempo arriba del autobús”, afirmó Norma Gasca, CEO de Rock Show Entertainment, empresa dedicada a la producción y desarrollo de conciertos.
Para la productora, los vehículos que contratan para trasladar a su talento musical tienen que ser excelentes. “Yo traslado artistas”, sin embargo, la oferta de autobuses que cumpla con los requisitos es limitada. “Hay mucha demanda y poca oferta, no en este momento (debido a la pandemia por COVID-19) pero en situaciones normales tenemos que apartar con mucha anticipación”.
Cada autobús que contrata cumple con las necesidades y requisitos que le pide el artista o grupo. “A veces prefiero tener menos camas y más asientos o poner mesas de juego para hacer más ameno y confortable el recorrido”.
Para las giras que abarcan varias ciudades, los autobuses están equipados con camas con cortinas, servicio de TV, DVD, cafetería, wifi, equipo de sonido, calefacción, aire acondicionado y lo principal, un baño impecable.
“He viajado en servicios más baratos… fue un desastre, supe que no debía escatimar en el servicio de transportación”, reconoció.
Trajes a la medida
En la industria musical existen géneros dónde es común que los grupos adquieran sus propias unidades: el grupero y norteño, pues son los artistas que más “giran” durante el año en ferias patronales y palenques.
Sus autobuses son verdaderos “trajes a la medida”, pues se equipan con las amenidades y el lujo que requieren los grupos. El costo de una unidad para este tipo de uso varía dependiendo del tamaño y gama que se elija.
Volvo Buses México cuenta con un área especializada en la fabricación de este tipo de unidades: el Centro de Reconstrucción y Proyectos Especiales, donde se lleva a cabo la customización de vehículos a un nivel superior.
Luis Ernesto González, gerente del centro, explicó que la producción de cada unidad tarda de tres a cuatro meses, dependiendo de los requisitos de cada grupo.
Diseñar y fabricar desde planta este tipo de unidades les da un extra a los clientes, la seguridad y calidad en todos los aspectos que Volvo Buses ofrece en todas sus unidades, desde la parte mecánica hasta los accesorios de la customización.
En los últimos años, la armadora ha diseñado vehículos para grupos como Bronco y La Trakalosa de Monterrey, por ejemplo.
La calidad y garantía es integral, es decir, incluye el diseño y las modificaciones (todo en la misma garantía del autobús), además, se contempla el mantenimiento mecánico y del equipamiento en cualquier taller de la red de Volvo Buses.
“Hay bandas que compran un autobús y se lo llevan a talleres externos para equiparlos, desafortunadamente regresan porque les dañaron el sistema eléctrico, el baño no funcionó, los acabados no fueron los que solicitaron. Los autobuses modificados desde la planta de Volvo cumplen con todos los requisitos de seguridad para no dañar la infraestructura del vehículo. La seguridad es lo más importante”, aseguró Luis Ernesto.
Se mide por traíleres
Llevar a tu artista favorito a tu ciudad no es tarea sencilla, planear un espectáculo tarda desde cinco a dos meses de incubación y en caso de festivales masivos hasta un año en planear y buscar a los artistas o grupos.
Dentro de la logística de viaje también es importante, el traslado de los instrumentos y los accesorios técnicos, pues sin ellos, el espectáculo no podría montarse.
Uno de los festivales más emblemáticos de la Ciudad de México es el Vive Latino, festival que con más de 21 años aprendió sobre la marcha cómo organizar conciertos multitudinarios.
En el libro 20 años del Vive Latino, Lourdes Skipsey, directora de producción, señaló que el tamaño del espectáculo del rock, no se mide por toneladas, sino por camiones.
“La última vez que tocaron los Rolling Stones en México llegaron acompañados por una caravana de 60 tráileres de 53 pies. La última vez que vino U2 fueron 48, pocos para lo que hicieron en el Estadio Azteca con la gira 360º ahí metieron 128.
Aunque los grupos se esfuerzan por llevar un buen espectáculo, este sector padece un serio revés, no sólo por la pandemia sino también por la delincuencia. Bandas como Café Tacvba, Molotov y Bronco han sufrido el robo de sus camiones con todo su equipo técnico.
“No te puedo dar datos de nuestra logística para transportar nuestro material porque recientemente nos robaron”, señaló Alfonso Olivares, promotor musical y organizador del festival Skatex.
Por el mismo tenor se manifestó Norma Gasca quien prefirió no revelar cómo es el traslado del equipo, pues han tenido problemas de inseguridad, eso sí para contratar algún servicio exige que el transporte cuente con seguros de amplia cobertura.
El mundo del espectáculo se tomó un respiro, sin embargo, como dicen por ahí el “show va a continuar” y parafraseando una canción “otra vez van a viajar”.
