Durante la emergencia sanitaria declarada por el gobierno federal por el COVID-19, una gran parte de las empresas detuvo sus operaciones, sólo en algunos sectores como el de carga, transporte personal, servicios médicos y de telecomunicaciones, los vehículos siguen rodando.
Por este motivo, las empresas que emplean sistemas para controlar sus gastos y deducir impuestos a fin de lograr un mayor control en los gastos, dejaron de utilizar tarjetas de combustible.
En entrevista con Alianza Flotillera, Charles Chamouton, director de innovación de Up Sí Vale, el uso de tarjetas de combustible para la compañía refleja dos fenómenos diferentes, pues mientras el consumo personal muestra una reducción de 20%, el segmento de flotillas muestra un ligero descenso de 10%, una vez que el transporte de carga predomina como actividad esencial por la entrega de mercancías.
“Uno de los principales productos que tenemos para apoyar a los transportistas es la tarjeta de combustible, porque permite administrar los recursos de los transportistas y, con ello, administrar mejor el gasto de cualquier tipo de combustible”, explicó.
Destacó que, si bien algunas empresas siguen utilizando efectivo para el consumo de combustible, no es lo ideal, por el tema de la deducibilidad de gastos, ya que esto les impide la administración de sus recursos.
A decir del ejecutivo, el uso de tarjetas de combustible en conjunto con la plataforma Inteligas, permite al administrador de la flotilla lograr un mayor control al interior de la compañía, además de obtener mayor confianza en el caso de robo o extravío y, la posibilidad de recarga automática del plástico vía remota, ventajas que permiten tener a la vista los fondos de la tarjeta.
“Actualmente, 10 mil millones de pesos pasan por nuestras tarjetas anualmente a través de las empresas para el uso de combustible. Del total de este negocio, 40% es de uso de personal y 60% para transporte de carga”, añadió Charles Chamouton.
En contraste con la ligera caída que ha tenido el uso del plástico a raíz de la emergencia sanitaria, el directivo advirtió sobre un crecimiento en la demanda de créditos de 20% en las ultimas semanas, financiamiento otorgado a pequeñas y medianas empresas, entre ellas, firmas transportistas.
“A finales de 2019 hicimos alianza con Konfío para traer soluciones de liquidez a los negocios, la ventaja es que no requieren aval, ni garantía y tienen hasta un límite de tres millones de pesos”, precisó.
Agregó que con este proyecto se otorgó el primer financiamiento a una empresa trasportista y debido a sus necesidades, recientemente se amplió el monto de créditos hasta por 10 millones de pesos con requisitos adicionales y garantía.
De acuerdo con información del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) existen 44 registros de empresas operando desde 2005, adheridos al padrón de emisores de monederos electrónicos de combustibles autorizados en el país.