El ensordecedor ruido de ríos desbordándose, el agua se salió de su caudal y se adueñó de la tierra, su furia arrasó con poblados enteros, hasta llegar a Villahermosa, Tabasco, es octubre de 2007, y por las constantes lluvias se inunda más del 80% del territorio del estado, mientras que en Chiapas comunidades enteras quedan bajo agua y lodo.
Del estupor inicial se pasó a la acción, el ejército mexicano trasladó cerca del 80% de su flota vehicular a la zona de desastre para transportar víveres, equipo médico y de rescate, el Plan DN-III entró en acción.
Esta situación es, tal vez, el desastre más grave que recuerda el Mayor de Infantería, diplomado de Estado Mayor, Esteban Arturo Molina, jefe de la subsección de Adquisiciones de la Dirección General de Transportes Militares.
En entrevista con Alianza Flotillera, explicó que “la misión del Plan DN-III es auxiliar a la población civil en caso de desastre. Cualquier miembro del ejército está capacitado y cuenta con el adiestramiento para entrar en acción”.
En caso de desastre las Fuerzas Armadas tienen la facultad de movilizar sus camiones especiales a donde se requieran para cada caso, desde tractocamiones hasta camionetas readiness, Cheyennes, etcétera “todo lo que tiene el ejército se emplea en la aplicación de cualquier despliegue operativo”.
Así, los vehículos son parte vital para su ejecución, pues en ellos se trasladan desde los soldados o marinos hasta maquinaria pesada o víveres.
Camiones especiales hechos a la medida
De acuerdo con el Mayor Arturo Molina, cada uno de los vehículos que adquiere el ejército va de acuerdo con las funciones de cada organismo, “depende de qué tipo de misión tiene dentro de la organización”.
Estos camiones pueden ser desde hospitales móviles, clínicas dentales, dormitorios, incluso, tortillerías o cocinas.
Pero ¿Cómo adquieren estos vehículos? “Las adquisiciones se realizan en apego a la Ley de Adquisiciones de Arrendamiento y Servicio del Sector Público y demás normatividad vigente”.
Detalló que las unidades con tortillerías o equipadas como consultorios médicos se solicitan así, pues ellos no pueden hacer modificaciones para no perder las garantías. “Se hacen licitaciones con esas características físicas y el proveedor o empresa que nos oferte se encarga de realizar las modificaciones”.
El trabajo de los vehículos es rudo y su tiempo de vida es de 10 años, en este lapso cada vehículo recibe mantenimiento preventivo, eso les permite operar sin ningún problema en cualquier situación de emergencia.
Los mecánicos que laboran en los talleres del ejército reciben cursos que van desde las ocho a 12 semanas o en caso de reparaciones especializadas hasta cinco meses.
Cabe destacar que como parte del mantenimiento, el ejército cuenta con sus propios almacenes con refacciones y material para la reparación.
Aplicaciones complejas
La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) cuenta con más de 18 mil unidades, y a lo largo del tiempo ha mantenido una estrecha relación con las armadoras de camiones con el objetivo de contar con unidades funcionales para su operación.
Por ejemplo, desde 1993, Daimler mantiene relación con las Fuerzas Armadas, compañía que provee aproximadamente dos mil unidades Freightliner y Mercedes-Benz, de las cuales mil 500 son vehículos para
transporte de tropa y el resto son modelos diversos como pipas para traslado de combustible.
Claudio de la Peña, director de Ventas de Daimler Trucks México, declaró durante la Feria Aeroespacial México 2019, que “las Fuerzas Armadas tienen aplicaciones complejas, por lo que necesitan vehículos demandantes tecnológicamente”.
Por este motivo, entre la oferta que la armadora brinda al ejército destaca camiones especiales como M2 para transporte de personal, autobuses como el Mercedes-Benz Marcopolo MP 120, las vanes Sprinter en aplicación para ambulancia y la versión Unimog U400.
“En el caso del M2, modelo fabricado en la planta de Santiago Tianguistenco, Estado de México, la configuración es importante, cuenta con un motor Mercedes-Benz y gran versatilidad en el tren motriz, aplicaciones que dan soluciones integrales a las Fuerzas Armadas”, explicó De la Peña.
Adicionalmente, la marca lleva a cabo capacitaciones sobre mantenimiento, operación y seguridad para los técnicos, supervisores o entrenadores del ejército. Estos cursos se llevan a cabo en el Centro de Capacitación en Daimler Planta Santiago.
Ensambladora militar
Además de los vehículos que se adquieren mediante licitaciones, el ejército cuenta con su propia Ensambladora Militar donde diseña, arma vehículos blindados y camiones especiales. En este lugar se monta la infraestructura y se colocan las placas de acero blindado, en caso de ser un prototipo, el diseño y fabricación puede tardar hasta cuatro años.
Un ejemplo es DN XI, un vehículo táctico tipo modular atornillable en el cual sobresale el chasis Ford F550, con una longitud de seis por dos metros, con un peso máximo sin carga de 7.6 toneladas, la distancia entre ejes es de 3.5 metros y capacidad de carga útil de 1.2 toneladas.
Otros vehículos blindados que surgieron de la ensambladora son los Cimarrón II y Kitam II, unidades todo terreno con tracción 4×4 y capacidad para 13 y 11 tripulantes.
Urge renovar unidades
En 2018 la Secretaría de Hacienda reveló que el 51.94% de los vehículos tácticos del ejército no proporcionan el rendimiento adecuado, por lo que el Programa y Proyecto de Inversión de 2019, planteó invertir más de cuatro mil 500 millones de pesos en la renovación de unidades terrestres.
“La modernización de vehículos permitiría cumplir con mayor eficiencia las misiones que demanda la sociedad del instituto armado”, explicó la SEDENA en su momento.
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