La crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad derivadas de ésta, han afectado en todos los sectores económicos del país. El sector del autotransporte no es la excepción, ya que en cuestión de ventas se reflejan números peores incluso que los que se presentaron en la crisis de 2009.
Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses Camiones y Tractocamiones (ANPACT), resaltó que en lo que va del año las ventas al mayoreo cayeron 38.5%, dando como resultado la peor cifra que se ha registrado en los últimos años, con 7 mil 172 vehículos.
Recordó que en los últimos años los productores de vehículos pesados han vendido en promedio 3250 unidades al mes.
“En 2009 la caída más fuerte de todo el año fue en mayo con mil 345 unidades, ahora sólo colocamos 677 unidades. Esto obviamente impacta la logística y la movilidad del país y en las renovaciones de sus flotas. Si es más grave la situación que estaos pasando hoy en el 2020 a la que pasamos en 2009”, dijo.
Resaltó que al menudeo también se registra una caída importante, con una caída en el acumulado del 47.6%, dando un total de 9 mil 326 unidades, siendo también número similares a los que se presentaron en 2009 y 2010.
Sobre la reactivación de la fabricación de vehículos en las plantas mexicanas, luego del paro dado en el contexto de la crisis sanitaria, Elizalde comentó que todos los fabricantes afiliados ya tienen el visto bueno de las autoridades mexicanas, aunque señaló que sólo operan a un porcentaje de su capacidad.
“Las que iniciaron primero son las que tienen una vocación más de exportación, están trabajando todas nuestras plantas a diferentes ritmos”, dijo.
El reto del T-MEC
Asimismo, señaló que la puesta en marcha del T-MEC, prevista para el primero de julio, es un reto para la industria dadas las nuevas reglas que existen en cuestiones de valor de contenido regional, laboral y de acero y aluminio, aunque destacó que tener un tratado da certidumbre, lo cual es de vital importancia.
Señaló que las empresas que no cumplan con algunas de las nuevas reglas del juego, tendrán que apegarse a regímenes especiales de transición, los cuales son una especie de permisos especiales negociados entre las empresas y los países importadores, con la finalidad de establecer plazos de cumplimiento.
O bien, señala, las otras opciones son pagar el arancel o dejar de exportar, aunque estas opciones no están dentro de los escenarios deseables.