El nuevo esquema que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha establecido a partir de este año para la compra de medicamentos, el cual contempla adquirir directamente las medicinas con los fabricantes y contratar los servicios de distribución por separado, suponen un reto para la logística y distribución de medicinas, advierten especialistas consultados por Alianza Flotillera.
La principal preocupación, señalan, es que se tienen dudas si los ganadores que se harán cargo de la distribución cumplen con las regulaciones en almacenaje y vigilancia de fármacos que deben de tener para el manejo de este tipo de productos. De no ser así, explican, se corre el riesgo de que se rompa la cadena de suministro y se afecte la calidad de los mismos.
Cabe destacar que en julio pasado la Secretaría de Salud llevó a cabo la primera compra de medicinas y materiales de curación y los servicios de distribución bajo el nuevo esquema, en donde 14 grupos fueron ganadores, a través de una subasta inglesa. No obstante, la primera compra de la presente administración demostró un 60% de claves desiertas y grandes errores en la distribución.
Se espera que haya una licitación pública similar a la que se efectúo en el segundo semestre del 2019 para la compra de medicamentos y contratación de servicios de distribución para el 2020. El gobierno aún se encuentra realizando una investigación de mercado para saber cuál es la demanda real de organismos como la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), entre otros.
Los temores
Para José Ambe, director general de Logística de México (LDM), la presente administración minimiza la complejidad de distribución a nivel nacional de medicamentos, lo que pone en riesgo los precios a los que estos se podrían estar ofertando a nivel nacional y el abastecimiento en tiempo y forma de los mismos.
“La idea que tiene el gobierno de centralizar la compra y distribución de medicamentos incrementa los costos hasta en un 20%, pues se carece de experiencia e infraestructura para lograr eficiencias en un sector que exige precisión”, sostuvo en entrevista.
El alza se debería principalmente al cobro separado del Impuesto al Valor Agregado (IVA) tanto a medicamentos como a los servicios de distribución y el precio diferenciado de reparto, dependiendo de la región, como se establece en el nuevo esquema que ha propuesto la presente administración.
Agregó que en los últimos 10 años las empresas distribuidoras de medicamentos han invertido en tecnología, optimizado rutas, procesos y entregas, lo que ha permitido que puedan ofrecer costos de reparto competitivos con buenos niveles de inventario a través de la eficiencia logística.
“Estamos a favor de la supervisión, combate a la corrupción y especialización del sector, pero se debe de aprovechar la competitividad y experiencia que ya existe para no correr riesgos de desabastos como ya se han presentado en la distribución de medicamentos de alta especialidad”, apuntó el también vicepresidente del Comité de Comercio Exterior y Logística de la American Chamber of Commerce of Mexico (AmCham).
De acuerdo con la iniciativa “No al Huachicol de Medicinas” que fue creada por la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer, la Asociación Mexicana de Fibrosis Quística, FUNDAR y el Centro de Análisis e Investigación, denunció el desabasto de medicamentos en distintos órganos gubernamentales, principalmente aquellos relacionados con la hipertensión, diabetes y cáncer.
En su primer informe, publicado en septiembre pasado, la iniciativa reportó alrededor de 70% de suministro de medicamentos. El análisis informó que 48.68% de los casos de desabasto fueron en el ISSSTE y 25.11% en el IMSS.
La clave
El principal reto con la nueva forma de comprar y distribuir medicinas es cómo se implementa, para que se tengan tiempos suficientes para los procesos de fabricación y distribución, y que estos a su vez lleguen a su destino en forma y así se cubran las necesidades de salud del sector público, advierte Jorge Ribas, socio-director de la consultora Miebach Consulting.
“Confiamos en que la fabricación y distribución de medicinas va a quedar en manos de empresas especializadas, la mayoría de ellas ya con experiencia en el sector privado. Lo importante es que sean compañías que estén familiarizadas con el manejo de este tipo de productos“, explicó.
Asimismo recordó que todos los procesos de almacenaje, manipulación y transporte de medicamentos deben de estar certificados para garantizar la calidad del producto y que éste no se degrade o sufra alteraciones en sus componentes que representen un riesgo para quienes lo consumen.
“La cadena de frío es una parte muy importante durante toda la cadena de suministro en el sector farmacéutico. Si la mercancía es expuesta a temperatura fuera del rango de tolerancia, existen altas probabilidades de que se genere un daño irreversible, ya que éste se degrada y se vuelve tóxico, lo que puede representar un riesgo para la salud de la población”, coincidió Gustavo Déctor García, director general del Grupo AAACESA.
Añadió que de acuerdo con la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos, el 20% de los productos farmacéuticos son sensibles a las condiciones de temperatura, por lo que podrían resultan dañados durante su transportación debido a una ruptura en la cadena de frío.
Este reportaje lo puedes encontrar en nuestra edición de diciembre. Consúltala aquí.