Como responsable de la operación de fuentes móviles de emisiones (vehículos de reparto), el administrador de flota tiene una fuerte responsabilidad social, debido a que todos lo vehículos de una flota de distribución son considerados como de uso intensivo y por ende de alto consumo de combustible, el cual irremisiblemente se convierte en emisiones contaminantes al entregar su energía al vehículo, a través del motor.
Adicional al hecho de ser el principal rubro en los costos de operación de flota (el 33 por ciento del total), el combustible tiene además un costo social. Este costo, aunque oculto, es tan importante que en países industrializados hay indicadores directos que correlacionan los gastos de salud social, con los niveles de emisiones por fuentes móviles. Para darnos una idea del impacto; se estima que en las cuatro principales zonas metropolitanas de México, las fuentes móviles son responsables del 75 por ciento de la contaminación total del aire.
El combustible ecológico
De manera frecuente, en nuestra actividad de consultoría se nos pregunta cual es el combustible automotor menos contaminante. En realidad esta pregunta tiene una multiplicidad de respuestas:
• Si la pregunta es para un miembro de la industria del gas natural vehicular, su respuesta será que este combustible es el más limpio; sin embargo a este combustible se le han hecho concesiones importantes en las fórmulas del cálculo de su reactividad, minimizando artificialmente el efecto real de su tendencia a emitir hidrocarburos (HC) sin quemar.
• Si la respuesta proviene de la distribución de gas LP, para su vocero este combustible es el que representa la mejor opción, pero le costará trabajo explicar que la estructura molecular tanto del propano como del butano, tienden a producir importantes cantidades de óxidos de nitrógeno (NOX).
• La industria del diesel, de seguro votará por este combustible y mostrará como los motores diesel modernos con control electrónico, minimizan tanto la emisión de HC’s como de NOX’s. Lo que de seguro no nos mencionarán, son los problemas de partículas y mucho menos el de la emisión de bióxidos de azufre (SO2) y sus posibles efectos cancerígenos.
• La industria automotriz, defenderá la tecnología del uso de la gasolina y nos dirán como al reformularlas su molécula se ha enriquecido en oxígeno, lo que mejora su combustión, reduciendo (junto con el motor Otto moderno), la emisión de monóxido de carbono (CO), así como de HC’s y NOX’s. Claro que omitirán que los aditivos de oxigenación producen nuevas emisiones (aldehídos), cuyos efectos aún no se conocen.
Desde una posición neutra, este artículo se enfocará en resolver esta pregunta, sustentando el por qué de la elección de la respuesta en particular.
Los combustibles y el medio ambiente
El proceso de combustión ideal de un combustible automotor, se expresa por la siguiente ecuación general:
HC + O2 = CO2 + H2O………..(a
Sólo que en realidad, no todo el combustible se quema, por lo que en los productos nos aparece combustible sin quemar (HC) y también parcialmente quemado CO:
HC + O2 = CO2+ CO + HC + H2O……..(b
Durante la última parte del proceso de combustión, las moléculas atrapadas entre dos ondas de expansión son sujetas a extremas presiones al grado que el nitrógeno del aire alcanza a reaccionar con el oxígeno formando Óxidos de Nitrógeno y así la ecuación cambia a:
HC + O2 = CO2 + CO + HC + NOX + H20……(c
Hay gran diferencia entre (a) y (c), pero esta es únicamente al salir del escape. Ya en la atmósfera, los contaminantes siguen sufriendo cambios, ahora promovidos por la energía de la luz ultravioleta de los rayos solares, los cuales inducen la formación de Ozono (O3). Por esto, la versión final de la ecuación que expresa el proceso de un combustible a través de un motor de combustión interna, cambia nuevamente a:
HC + O2 = CO2 + CO + HC + NOX + H2O + O3…..(d