En abril de 2005 la firma japonesa Isuzu llegó a México con el modelo ELF, un vehículo cab-over, que pronto logró posicionarse en el gusto de los clientes transportistas y que fue el preámbulo para que las flotas en el país lograran comprobar las ventajas de los camiones chatos.
La cobertura a nivel nacional de una red sólida de distribuidores fue fortaleciendo la presencia de la marca y en 2021 superó las 50 mil unidades comercializadas en el país.
Al respecto, Hiroshi Ikegawa, presidente y director general de Operaciones de Isuzu Motors de México, recuerda que la llegada de la firma japonesa al país tuvo una respuesta satisfactoria, ya que los clientes tenían el afán de probar nuevas tecnologías, lo que facilitó su aceptación en el mercado.
Hoy, a más de un año de su nombramiento como presidente y con las raíces bien echadas desde 2009, Ikegawa afirma que parte de la estrategia en el crecimiento de Isuzu en nuestro país ha sido el acercamiento con los clientes más grandes, factor que marcó la diferencia y generó mayor confianza entre los usuarios, “mucha gente nos comenzó a ubicar porque las empresas más grandes utilizaban nuestros camiones, lo que atrajo la confianza de las flotillas”.
No obstante esa solidez, al igual que en toda la industria de vehículos, la empresa se vio afectada por la pandemia de COVID-19 y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que tuvo como resultado la falta de semiconductores.
De acuerdo con el ejecutivo, a pesar de los retos que ha significado el desabasto de camiones desde 2021, la marca muestra un incremento en sus ventas, lo que les permite saber que se vive un momento de recuperación en el segmento.
“Estamos pidiendo el apoyo de los clientes para ajustar nuestros tiempos de entrega, anteriormente podíamos surtir la mayoría de los pedidos en dos meses, sin problema. Ahora tenemos que planear con más tiempo, por este motivo hemos reforzado nuestra comunicación con los consumidores y gracias a ello, hemos ajustado nuestras operaciones”, agrega.
“La conversión de la tecnología eléctrica tardará algunos años más y requiere de una infraestructura no sólo en temas de carga, sino la suma de factores que permitan su incorporación para que realmente sea una opción rentable”.
Tecnología japonesa
Entre los diversos factores por los que un cliente decide quedarse con una marca destaca el servicio, el soporte postventa y la calidad de los productos.
Además de reunir las variantes, una de las apuestas de Isuzu ha sido la alta tecnología en cada uno de sus vehículos y, para ponerse a la par de las demandas de la industria en el desarrollo de unidades menos contaminantes, ya trabajan con hidrógeno y gas natural licuado, “particularmente en México hemos visto una fuerte tendencia para camiones eléctricos, pero creemos que la infraestructura con la que cuenta el país en este momento, no se adecua a las necesidades que cada cliente pueda requerir”.
Admite que la conversión de la tecnología eléctrica tardará algunos años más y requiere de una infraestructura no solamente en temas de carga, sino la suma de factores que permitan su incorporación para que realmente sea una opción rentable para las empresas transportistas.
Capacitación y servicio
Para Hiroshi Ikegawa una de las estrategias que ha dado soporte a las operaciones de la compañía en México es la capacitación a los técnicos de la red de concesionarios, elemento que considera fundamental para el correcto funcionamiento de los camiones y que requiere de mano de obra calificada.
“Otro factor que me gusta mucho de la marca Isuzu es su gente, pasando por toda la red de distribuidores, todos están comprometidos con la marca y están trabajando con mucho gusto para brindar el servicio y la atención profesional que requieren los clientes”, agrega.
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