La empresa estadounidense de consultoría, Bain & Company, elaboró el reporte “¿How Should Your Supply Chain Respond to the Crisis in Ukraine?” en el cual comparte ocho puntos del conflicto Rusia-Ucrania y su impacto en la cadena de suministro global.
Documento en el cual destaca los siguientes puntos:
1.- Ninguna empresa puede permitirse subestimar la importancia de la guerra en Ucrania.
Afirma que aunque ahora no parezca afectar directamente. Ahora mismo no es claro cómo se resolverá la crisis, ni se sienta un precedente que seguirán otros actores geopolíticos.
2.- A nivel local, las empresas que siguen haciendo negocios y empleando a personas en la región se enfrentarán a evidentes limitaciones operativas a corto plazo.
Estima, ya que dadas las condiciones a las que se enfrentan muchos de sus trabajadores. Las sanciones y las decisiones independientes de las empresas pueden rediseñar aún más los límites comerciales locales.
3.- A nivel mundial, las empresas tendrán que hacer frente a la volatilidad de la demanda en determinadas categorías (de materia prima y productos).
Asegura, ya que los consumidores ajustarán su gasto en medio del aumento de los costos de los alimentos y la energía.
4.- Las perspectivas para las materias primas (incluida la energía) son variadas.
Es probable que los productos agrícolas derivados, como el etanol y otros derivados del maíz o del trigo, se vean afectados por la escasez de producción y el desvío de suministros a la alimentación.
Del mismo modo, Bain estima que las restricciones comerciales con Rusia reduzcan la producción y la disponibilidad de metales estratégicos clave, aleaciones y otros productos metálicos derivados (por ejemplo, baterías) que utilizan materiales como el níquel, el tungsteno y el gas neón.
5.- Es posible que los precios del acero se estabilicen
Subraya que a medida que los actores internacionales aumenten su capacidad de producción de acero (al tiempo que intentan equilibrar los compromisos medioambientales con el mayor uso de carbón necesario para suministrar esa capacidad adicional).
Hasta que se reequilibre la capacidad mundial, el precio del petróleo y del gas puede seguir subiendo en un escenario de sanciones más profundas, especialmente a medida que se acerca la temporada de invierno.
6.- A menos de que el conflicto se agrave significativamente, la logística por carretera, ferrocarril y aire debería estabilizarse
Aunque pueden seguir existiendo interrupciones globales para la logística aérea dadas las restricciones del espacio aéreo ruso y las limitaciones de las capacidades de carga pesada de Ucrania. De igual forma, la mayor parte de las rutas marítimas deberían estabilizarse, aunque pueden persistir importantes perturbaciones en Rusia y sus alrededores.
7.- Cadenas de suministro más transparentes
Las empresas de todo el mundo pueden tener que hacer que sus cadenas de suministro globales sean más transparentes para los clientes que deseen identificar y gestionar la futura exposición rusa, así como cumplir con las restricciones comerciales.
Asimismo, es posible que los clientes empiecen a exigir más flexibilidad y capacidad de recuperación en situaciones en las que los nodos de suministro global estén situados en zonas de mayor riesgo geopolítico.
8.-Menores flujos de inversión extranjera
De acuerdo con la firma analista, a nivel macroeconómico, las sanciones impuestas a Rusia podrían contribuir al fin de la era de la superabundancia y la globalización del capital, limitando los flujos de inversión extranjera directa e influyendo en las decisiones de inversión de la cadena de suministro.
Una ciberseguridad robusta será esencial en toda la cadena de valor. Es posible que las agendas y los compromisos en materia medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG) a nivel mundial y de las empresas también deban recalibrarse a medida que la dinámica geopolítica y de los bloques comerciales genere ineficiencias y un posible retraso en la transición energética, lo que provocaría una dependencia prolongada de la energía basada en carbón.
En este contexto, enumera seis acciones que las empresas deberían considerar para proteger su negocio a corto plazo y transformar su resiliencia durante la próxima década:
- Evaluar y priorizar los riesgos en toda la cadena de valor
- Monitorear los cambios en las señales de riesgo
- Contrarrestar activamente los efectos de la inflación
- Actualizar las estrategias de mitigación de riesgos
- Mejorar la trazabilidad de la base de proveedores
- Perfeccionar su modelo operativo para apoyar la gestión de riesgos y la recuperación.
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