Con base en datos de la Organización Mundial del Comercio, el transporte marítimo es responsable del 80% del volumen del comercio mundial. Esto se debe a su capacidad para trasladar grandes cantidades de carga en comparación con el transporte aéreo, terrestre y ferroviario.
Sin embargo, en el caso de México el impacto de este modo de transporte es menor. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante 2022 el comercio marítimo representó sólo el 20% de las exportaciones y el 38% de las importaciones totales del país.
En este contexto, la Secretaría de Marina informó que en 2023 se movilizaron 8.36 millones de contenedores de 20 pies de longitud (TEUs), lo que significó un incremento de apenas el 0.6% comparado con 2022, cuando se movilizaron 8.3 millones.
Esto pone de manifiesto, la necesidad de modernizar y optimizar las operaciones de los 103 puertos marítimos y las 15 terminales habilitadas con los que cuenta México, ya que su funcionamiento eficiente permite un flujo ágil de mercancías y fortalece el comercio internacional.
José Antonio Contreras, Director General de Contecon Manzanillo y Presidente de la Asociación de Terminales y Operadores Manzanillo (ASTOM), destacó que los puertos mexicanos son cruciales para mejorar el creciente intercambio de mercancías con Europa, Asia y Estados Unidos, derivado de fenómenos industriales como el nearshoring.
Estados Unidos ha dejado de ingresar mercancía directamente desde China, y las empresas han comenzado a enviar sus productos a las costas mexicanas del Pacífico. Desde ahí, se transportan a los centros de manufactura más importantes del país, como el Estado de México, Nuevo León y la región de El Bajío”.
Por esta razón, es imperativo que los puertos mexicanos aborden diversos desafíos con el fin de optimizar los procesos de entrada y de salida de mercancías, reducir los tiempos de espera y disminuir los costos operativos para las empresas.
Infraestructura y conectividad
La modernización y expansión de los puertos marítimos nacionales son de vital importancia. Esto implica, por ejemplo, mejorar las instalaciones de carga y descarga, ampliar las terminales portuarias y construir o adaptar muelles y dársenas para recibir buques de mayor tamaño y capacidad de cabotaje.
Cabe señalar que numerosos puertos mexicanos todavía operan con instalaciones insuficientes o inadecuadas, que no están preparadas para manejar el volumen y la diversidad de la carga moderna; sin estas actualizaciones, corren el riesgo de sufrir cuellos de botella que retrasan las operaciones y aumentan los costos logísticos.
Además, José Antonio Contreras subrayó la necesidad de implementar un Plan Nacional de Energía para “garantizar el suministro eléctrico no sólo a las terminales portuarias, sino también a todas las industrias relacionadas”.
Por otro lado, mejorar la conectividad terrestre es fundamental para facilitar el transporte de mercancías hacia y desde los puertos. La falta de conexiones directas y accesibles con las redes ferroviarias y carreteras ralentiza el flujo de bienes en términos de logística y transporte, pues muchos de los puertos actúan como centros de distribución donde las mercancías pueden ser almacenadas, clasificadas y redistribuidas.
Burocracia y digitalización
Desde el 1 de enero de 2024, es obligatorio que todos los puertos del mundo utilicen ventanillas únicas marítimas para el intercambio electrónico de información relacionada con la llegada, permanencia y salida de los buques.
México cuenta con 50 aduanas, de las cuales 17 son marítimas. Por lo tanto, simplificar los trámites aduaneros y reducir la burocracia en los puertos mexicanos es sustancial para acelerar el movimiento de mercancías y mejorar la eficiencia operativa.
Asimismo, la implementación de tecnologías avanzadas y sistemas de gestión modernos puede optimizar las operaciones portuarias mediante la automatización de diversos procesos. Actualmente, los puertos mexicanos están adoptando herramientas de información que permiten la comunicación en tiempo real con transportistas y clientes.
“La inversión en este ámbito ha sido significativa, ya que, al manejar volúmenes tan grandes, es necesario apoyarse en nuevas tecnologías para la gestión de cargas. La inteligencia artificial, por ejemplo, se está implementando en algunas terminales para la lectura de contenedores”, indicó Contreras.
Seguridad y sostenibilidad
La seguridad en los puertos marítimos es un área crítica que requiere atención constante para combatir el contrabando, la piratería, el robo de mercancías y otras actividades ilegales incentivadas por el crimen organizado.
Lo anterior demanda inversiones significativas en tecnología de vigilancia y el establecimiento de medidas de seguridad y ciberseguridad más estrictas, debido a que los sistemas portuarios digitalizados son vulnerables a ataques cibernéticos que pueden paralizar las operaciones y comprometer información sensible.
En el caso del Puerto de Manzanillo, que es el de mayor flujo de mercancías del país, toda la carga que entra y sale es inspeccionada de manera minuciosa pero ágil.
Manzanillo es el primer puerto donde se están instalando equipos de inspección con rayos X, que están sustituyendo a los de rayos gamma. El uso de rayos X es más eficiente y rápido, reduciendo el tiempo de inspección de cuatro minutos a sólo uno por contenedor”.
La sostenibilidad operativa es otra de las tareas pendientes de los puertos mexicanos, con el objetivo de disminuir el impacto ambiental mediante el manejo adecuado de residuos, la disminución de emisiones contaminantes y la protección de los ecosistemas marinos. En ese sentido, Manzanillo se ha convertido en el primer puerto de toda la región de Norteamérica en cumplir con la norma ISO 14064-1 para neutralizar su huella de carbono corporativa.
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