La mirada tierna y maquillaje casi al natural en el rostro, augura el deseo por aprender, pero también los desafíos que tiene que sortear al al frente de uno de los servicios más importantes de transporte público en la Ciudad de México, la Red de Transporte de Pasajeros (RTP).
Jefa de Unidad Departamental de Gestión del Servicio, María Fernanda Domínguez, originaria de la Ciudad de México, es la encargada de la supervisión en la operatividad de la ruta de pasajeros, labor de la cual se desprende la inspección del Servicio Atenea, éste último creado en 2008 para garantizar a las mujeres traslados seguros y libres de violencia en los principales corredores viales de la capital del país.
La labor no es fácil, pues a su juventud tiene la responsabilidad y el mando de los supervisores de ruta y el Centro de Control, instalado en las oficinas de RTP en la CDMX, donde por medio de una plataforma GPS monitorean el movimiento de las unidades, velocidad y tiempos de recorrido.
Para María Fernanda, el Servicio Atenea, con sus 50 rutas, se ha convertido en una red funcional para las usuarias, principalmente en zonas de alta delincuencia como Iztapalapa donde en ocasiones, los camiones son acompañados por un guardia o un policía, a fin de incentivar la protección, el acoso y otras situaciones que pudieran presentarse en un servicio mixto.
Usos y experiencias
En contraste con otros sistemas de transporte público, y de la misma RTP, donde el robo a pasajeros se ha convertido en una constante que va en aumento, incidentes donde el 90% de los asaltos se realizan con violencia, según la Procuraduría General de Justicia de la CDMX, a decir de la funcionaria, Atenea es un servicio público de transporte sólo para mujeres que no reporta incidencias de delincuencia.
No obstante, contar con sólo 153 unidades que representan el 17% de la flota total de RTP para el Servicio Atenea, es una limitante para las usuarias, personas de la tercera edad y con alguna discapacidad que se traduce en largos tiempos de espera.
“Para cubrir la demanda del servicio mixto, en algunas ocasiones tenemos que enviar ‘Ateneas’ a cargar normal, lo que acorta aún más los recorridos programados”, explicó.
Respeto y confianza
El viejo estigma de que “las mujeres no saben manejar” resulta que no es tan viejo y sigue vigente. Percepción que para quien conduce un autobús, eleva el desafío del respeto y la confianza por ser mejores en su trabajo, incluso, ante sus mismos compañeros.
Señaló que la reciente administración trabajará por afianzar la equidad de género, labor que ejn el futuros deberán de dar continuidad para colocar a las mujeres en mejores puestos y que ocupen cargos importantes en direcciones.
Precisó que el plan de adquirir 200 unidades para RTP en el presente año no contempla un programa específico para Atenea. Razón por la que al frente de la Unidad Departamental de Gestión del Servicio, dará oportunidad a las mujeres que quieran crecer dentro de la dependencia, ya que algunas poseen habilidades que no han sido explotadas, como es el caso del control de rutas.
“Un plan de renovación vehicular soluciona varios problemas, pero cuando hablamos de 94 rutas, es el equivalente a meter dos unidades por ruta. Entonces, aún falta mucho para cubrir las deficiencias del servicio”, apuntó.
El desafío de la movilidad
Consciente de que faltan planes por emprender y de que aún tiene mucho camino por recorrer, María Fernanda, tiene muy presente el grado de responsabilidad que implica el nombre de RTP en la Ciudad.