Desde el diseño original, estos sistemas están pensados para motores con controles electrónicos avanzados. Los nuevos sistemas se calibran, carburan y diagnostican desde una computadora portátil y se interconectan para complementarse con la computadora de a bordo, por lo que aprovechan a su favor toda la estrategia de control de mezcla original del vehículo, maximizándola para el uso de gas LP (ver Gráfica “B”). Todo esto resulta en un desempeño igual o mejor al del vehículo en gasolina. Los nuevos sistemas de inyección en fase vapor, han probado su capacidad para operar con gas LP sin tratamientos de filtrado especiales (a diferencia de los sistemas de inyección líquida), su instalación es más sencilla que la de un equipo convencional y su mantenimiento considerablemente más reducido. Tradicionalmente, el principal reto de la carburación a gas LP, ha sido el mantenerse al paso del avance de la tecnología en motores. En la década pasada, esto no sucedió y los sistemas tradicionales complementados por controles electrónicos básicos, se fueron rezagando en desempeño conforme la tecnología de motores avanzaba. Al final del siglo, como una evolución de los sistemas tradicionales, surgió el venturi controlado electrónicamente; este avance llegó hasta el final de la década de los 90’s, cuando ya los problemas de desempeño habían debilitado el posicionamiento del combustible. Hoy día con la inyección en fase vapor y los sistemas de venturi con control electrónico, la base tecnológica que sustentará la nueva ola ascendente de la carburación a gas LP, está desarrollando exitosamente su fase de introducción al mercado mexicano, a través de pruebas piloto con las flotillas que son líderes de opinión. La Gráfica “C” compara la tecnología que dominó cada década y su desempeño, en función del desempeño del vehículo a gasolina: 3. El potencial de crecimiento en la carburación. En contraste con otras aplicaciones del gas LP, la carburación presenta amplias posibilidades de crecimiento; hay unidades por convertir entre los consumidores naturales, tanto en el transporte público como en las flotillas, en todo el país. Pensando en un mayor desarrollo y consumo de gas LP a largo plazo, consideremos los próximos cinco años. En Cosmo Consulting estimamos una oportunidad en vehículos nuevos, utilitarios y transporte público, al año 2010 de más de un millón de unidades, lo que generará una futura demanda adicional de combustible, que posicionaría firmemente a la carburación como el segundo segmento en importancia en la Distribución de Gas LP (ver TABLA III). La oportunidad presentada considera únicamente vehículos que a la fecha no han sido vendidos, pero existen otras áreas de oportunidad. De la capacidad de identificarlas, planear para aprovecharlas y el nivel de ejecución de la industria del gas LP, la carburación será para una empresa distribuidora de gas LP un paracaídas o un propulsor. Dada la importancia actual de la carburación en la ventas de gas LP y su oportunidad de crecimiento respecto a otras aplicaciones, así como su aportación en la rentabilidad de las empresas distribuidoras de este combustible, es claro el papel estratégico que la aplicación automotriz del gas LP juega en el futuro de la industria. Hay retos que evidentemente hay que superar. El nivel de desempeño superior a través de las nuevas tecnologías, es clave para sustentar la nueva ola de crecimiento del gas LP Vehicular. En próximas colaboraciones describiremos éstos retos; adicionalmente analizaremos las tendencias de precios de los combustibles, especialmente la relación del gas LP con el diesel. Para finalmente describir las acciones que desde nuestro punto de vista, debe tomar un administrador de flota, a fin de seleccionar la opción de combustible que en su aplicación particular, le permita lograr la mayor reducción del Costo Unitario de Transporte. Autor: Marco V. Calderón Agoitia Socio Responsable de la Práctica de Energía y Desarrollo de Negocio Cosmo Consulting [email protected]