El reciente conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha dejado estragos en la industria de vehículos pesados en esa región del mundo, como consecuencia de sanciones impuestas por empresas occidentales que condenan la invasión del país encabezado por el presidente Putin.
Daimler Truck suspendió las entregas de componentes para el fabricante ruso de vehículos pesados Kamaz, empresa con la que mantenía una estrecha relación y que ahora se mantendrá congelada con la expectativa de evaluar la decisión constantemente, de acuerdo con el Wall Street Journal.
Grupo Traton, que agrupa firmas como Scania, MAN Truck & Bus, Volkswagen Camiones y Buses y Navistar, también condenó las acciones de Rusia en contra de Ucrania y dijo que espera cese rápido de las hostilidades.
En un comunicado, la empresa abundó en que Scania decidió entregar las entregas de camiones y piezas a Rusia, en un acción a la que se sumó MAN Truck & Bus con el paro de entregas de camiones y partes a territorio ruso y bielorruso.
Además de esto, Traton señaló que el Grupo Volkswagen y sus marcas donaron un millón de euros para apoyar al pueblo ucraniano y sus refugiados.
Otra de las empresas que se sumaron a este distanciamiento fue Volvo Trucks, que detuvo la producción en su planta rusa, además de que cortó la comercialización en dicho país, de acuerdo con el diario Financial Times, que también reportó el corte de suministros de la firma ZF.
A la desbandada también se unieron firmas energéticas como Shell, ExxonMobil y BP, que condenaron el conflicto y retiraron importantes inversiones de la economía rusa, que tiene en el sector energético uno de sus principales motores.
“Dada la situación actual, ExxonMobil no invertirá en nuevos desarrollos en Rusia”, dijo la empresa con sede en Texas, Estados Unidos.
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