Hace tres décadas el autotransporte de carga y pasajeros en México era completamente diferente al que conocemos ahora, la oferta de vehículos era pírrica, las exigencias del mercado eran otras.
La historia del autotransporte en estos últimos años es de evolución y crecimiento.Fernando Lascurain Salazar, Director General de la Asociación de Distribuidores Daimler Vehículos Comerciales (ADAVEC), es uno de los personajes que ha puesto sus manos e ideas al servicio de la evolución del autotransporte mexicano, con 30 años formando parte de una agrupación de distribuidores líderes y un camino pavimentado con trabajo, éxitos, sacrificios y amistades cosechadas.
En entrevista con Alianza Flotillera y en pleno aniversario en sus oficinas de ADAVEC, el directivo recuerda su primera entrevista otorgada a nombre de la asociación, la cual no resultó satisfactoria debido a su desconocimiento de los protocolos a seguir no escritos en la industria. La juventud y la falta de experiencia cobraron factura en ese entonces.
Entre la entrevista que hoy concede y la que hace referencia de manera anecdótica, hay más de 30 años de diferencia. Nada es igual: ni el negocio del transporte, ni ADAVEC, ni el mismo Fernando Lascurain, quien habla de manera franca y amistosa, enfundado en un llamativo e impecable saco rojo que no desentona con la energía que irradia al responder.
Habla de un tema y otro, con el dominio de sí mismo y conocimiento del sector que sólo la experiencia puede dar. Conoce de camiones, de los de ahora y de los de antes, recuerda la cantidad de generaciones de empresarios que ha visto pasar, y externa admiración por el talante que todos ellos han mostrado para crecer y solventar las crisis que ha atravesado el sector, desde la de 1995 hasta la provocada por la pandemia, pasando por la de 2008.
Adaptación al cambio
Estos cambios los ha vivido desde su trinchera, la de ADAVEC, que en sí misma también ha evolucionado de la mano de Lascurain, quien recuerda que cuando llegó a formar parte de esta aventura, la agrupación apenas estaba formada por unas cuantas personas, con funciones limitadas a la información estadística.
Al día de hoy los cambios de la asociación han sido numerosos; se enlistan desde el tamaño de su infraestructura, hasta la cantidad de servicios brindados: traslados y manejo de las pólizas de seguro en piso y traslado, atención a los siniestros de la red y capacitación, entre otros. “El reto ha sido ofrecerle a los distribuidores mayor cantidad de servicios para que puedan hacer más rentables sus negocios”, destaca.
Todo ello ha ido a la par de los cambios en los servicios que los mismos distribuidores y la marca ofrecen a sus clientes: especialización de la gama de productos, servicios de postventa más avanzados y tecnología para la operación, “hoy ofrecemos al cliente infinidad de cosas que hace 30 años ni se soñaban en el mercado”.
La constante en la historia de Lascurain son las transformaciones, no sólo del negocio, sino también personales. Esto lo ha adoptado como mantra a lo largo de su carrera y es algo a lo que atribuye mantenerse vigente.
“El éxito ha sido la capacidad de cambio”, señala al mismo tiempo que recalca el hambre y la humildad que también se requieren para aprender de todas las personas, “diario se aprende algo nuevo de las cosas más sencillas de la vida”, recalca.
Hay una frase que suele acuñarse al dramaturgo alemán Goethe, que dicta que “la vida pertenece a los vivos y el que vive debe estar preparado para los cambios”. Esto lo tiene claro el directivo.
No obstante, todo proceso tiene sus condiciones, y Fernando Lascurain Salazar reconoce los sacrificios que también han formado parte de su carrera. Se sabe que el éxito es una autopista de dos vías, donde se gana y se sacrifica en el camino; particularmente él, hombre de familia y trabajo en toda regla, lamenta las ocasiones donde ambas facetas no pudieron empalmar.
Pero más allá de éxitos y sacrificios, el directivo tiene su corazón puesto en las personas que ha conocido en el camino, pues es un ferviente admirador de la amistad y la lealtad, además de quienes lo han acompañado, como es el caso de su esposa, a quienes agradece el aprendizaje aportado a su persona. “Esto me deja grandísimas experiencias de trabajo y humanas, creo que he crecido más como persona, que laboralmente hablando”.
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