Uno de los sectores más efervescentes de la economía nacional es el automotriz, y uno de sus rostros visibles es Guillermo Rosales, recientemente nombrado presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), un reto que dice asumir con el compromiso de hacer válida la confianza que los agremiados le han otorgado.
La facilidad con la que se expresa denota franqueza y conocimiento del medio, y no es para menos; el ingeniero acumula casi 18 años de experiencia al interior de la agrupación que reúne a los empresarios dedicados a la distribución de vehículos ligeros y comerciales.
Pero más allá de los años acumulados, el tiempo es un maestro caprichoso que deja las mayores enseñanzas en situaciones de grandes cambios, tal como los que le ha tocado experimentar a Rosales desde que fue invitado a colaborar en AMDA en 2004.
En entrevista con Alianza Flotillera, el ejecutivo de origen veracruzano relata que el inicio de esta aventura se dio en un proceso de renovación de la asociación, cuando los tiempos de transición democrática del país le demandaban al organismo empresarial convertirse en un actor partícipe del diálogo con las autoridades de todos los niveles.
Desde entonces se ha curtido en el proceso de identificar los temas de interés gremial y la formación de estudios sectoriales para nutrir con solidez la interacción con todos los actores que rodean al mundo de la comercialización de vehículos, desde funcionarios federales y otros organismos empresariales, hasta medios de comunicación.
“Originalmente el plan era estar en esa etapa de reingeniería de la asociación, pero una vez que se concluyó recibí la invitación para mantenerme en la operación”, recuerda sobre sus inicios en la agrupación que ahora preside.
La cara más visible de la AMDA es la que forma puentes con el exterior, pero la vida interna de la agrupación es rica y se basa en mantener vínculos estrechos con los asociados, respaldándolos en términos de información, estudios sectoriales, capacitación y formación de comités.
“Es un privilegio estar sirviendo al gremio de la distribución automotriz desde octubre del 2004”
Desde su integración a la asociación hace casi dos décadas, Rosales ha presenciado y podido ser partícipe de la efervescencia del sector automotriz mexicano, que a inicios de los 2000 comenzaba a ver los resultados de la apertura comercial iniciada en 1994, además de que ha visto pasar funcionarios de todos los niveles y colores, además de transiciones generacionales en las empresas.
De tal suerte que, entre turbulencias económicas y un sinnúmero de cambios sociales en un país tan complejo como México, las variaciones son bastas y las constantes pocas, siendo estas las que lo han mantenido vigente en la agrupación: el compromiso y la confianza, mismas que espera mantener como timonel de la asociación.
“Eso siempre ha estado presente en mi actuación, la confianza de nuestros asociados de que les hablamos con la verdad. No soy una persona que, a lo largo de mi trayectoria personal y profesional, me haya caracterizado por decir lo que mi contraparte quiere escuchar. Mi compromiso es decir las cosas con claridad”, destaca.
Las expresiones de Rosales Zárate denotan ímpetu y claridad, características que se ven reflejadas en dos de sus grandes pasiones: el campo y el arte, aspectos que manifiesta en su vocación por actividades como la ganadería, la agricultura y el disfrute de la naturaleza.
“Esto acompañado de los gustos por la lectura, la música y en general por las expresiones artísticas, son lo que me dan uno de los puntos de goce de la vida más intensos”, destaca al tiempo que resalta su fascinación por la historia y la literatura, con una declarada inclinación por las obras del llamado boom latinoamericano que marcó a su generación con autores como Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa.
Una conocida frase de la novela “La región más transparente” dicta que México debe alcanzar su originalidad viendo hacia adelante. En este sentido, los desafíos que Rosales vislumbra en el horizonte son cuantiosos para el mercado de los vehículos pesados, un segmento que se encuentra por debajo de su potencial al mismo tiempo que se padece de un parque vehicular obsoleto, contaminante e inseguro.
A lo que el directivo suma la tarea como asociación de tener procesos de reflexión y abrirse a nuevas tendencias y necesidades que surjan entre los asociados, a fin de renovarse cuando sea necesario. “Es una actividad que asumimos con mucha pasión, con un equipo muy profesional, ya muy integrado y comprometido con el conocimiento de los socios. Y esto nos da la confianza y fortaleza de que vamos a rendir buenas cuentas”.
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