En la presentación de su diagnóstico de la industria petroquímica en el Senado de la República, el líder de la ANIQ demandó que los precios de los energéticos se conviertan en una palanca de desarrollo para el país como ha ocurrido en otros lugares y no sigan siendo un elemento de recaudación.
“La política de precios que se aplica a los insumos reservados al Estado, privilegia la renta pública sobre la competitividad, misma que ha inhibido importantísimas inversiones adicionales”, declaró.
Señaló que “Las grandes potencias económicas a nivel mundial, consolidan su crecimiento económico en industrias llamadas ancla, tal es el caso de la industria química y petroquímica”, en México, al no tenerse medidas que apoyen esta industria, se desaprovecha el tener los recursos naturales porque no se pueden desarrollar la cadena de valor.
“Como consecuencia de lo anterior, la balanza comercial del sector fue deficitaria. El déficit anteriormente señalado ha incrementado su tendencia negativa, ya que éste ha pasado de 1,000 millones de dólares en 1995, a los ya mencionados 8,900 millones de dólares durante el año pasado”, dijo.
En los últimos 10 años la industria química invirtió nueve mil 100 millones de dólares, mismos que no han sido suficientes para revertir la tendencia negativa de este tan importante sector de la economía.
El empresario puntualizó que para que la industria sea competitiva es necesario realizar las inversiones necesarias para que México sea al menos un país autosuficiente en la producción de gas natural, productos derivados de la refinación y petroquímicos básicos.
Asimismo, señaló la importancia de adecuar el marco normativo y legal de PEMEX para dotarlo de autonomía de gestión, para que pueda alcanzar mejores niveles de eficiencia tanto en su producción como en sus inversiones.