“No hay margen de error”, coinciden especialistas al señalar que la distribución de las vacunas contra el SARS-COV-2 debe ser precisa y sin errores, pues la mínima falla puede causar que el medicamento pierda su efectividad.
En ese sentido la cadena de frío enfrenta un obstáculo a vencer en la distribución de la vacuna contra el coronavirus, que en México, al cierre de esta edición, ya ha cobrado la vida de más de 80 mil personas, y que los proveedores logísticos tendrán el desafío de realizar a partir de su aprobación y disponibilidad en el país.
De acuerdo con estimaciones de DHL y McKinsey & Company en los próximos meses se requiere establecer rápidamente cadenas de suministro de material sanitario para poder suministrar la vacuna en cantidades sin precedentes: más de 10 mil millones de dosis a distribuir en todo el mundo.
Se estima que para ofrecer una cobertura global con las vacunas de COVID-19 se requerirán hasta 200 mil envíos en contenedores, 15 millones de entregas en cajas refrigeradas y 15 mil vuelos a lo largo de las diversas estructuras de la cadena de suministro.
Especialistas consultados por Alianza Flotillera coinciden que para lograr de manera efectiva el transporte de vacunas, un producto altamente sensible a las temperaturas se requiere de una planeación de entre tres meses y un año, además de una excelente administración de inventarios y seguridad en el traslado.
El primer retos para las vacunas
Para José Antonio García, representante de la Asociación de Operadores Logísticos de México (AOLM), uno de los grandes desafíos para tener una distribución efectiva de esta vacuna es garantizar que se mantenga la cadena de frío, desde la fábrica de producción hasta en el momento en que se aplique al paciente.
“La distribución y almacenamiento de las vacunas requieren de una cadena con niveles de temperatura entre 2 a 8 grados centígrados, así como de transporte en condiciones óptimas para asegurar la entrega en las mejores condiciones de calidad”, explica.
Gabriel Conde, asesor de contenidos de Logistic World, coincide al comentar que la infraestructura logística, tanto de almacenes como de unidades de transporte, deben contar con las certificaciones que realiza cada seis meses la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) a fin de garantizar que se cumpla con las normas y protocolos establecidos para su manejo.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha señalado que el próximo gran reto de la distribución de la vacuna se centrará no solo en el transporte marítimo y carretero, también que el aéreo cuente con los mecanismos para garantizar la cadena de frío y por lo tanto se mantenga su efectividad.
“La industria debe cerciorarse de que existen las instalaciones adecuadas para lo que sea que necesite la vacuna. Tenemos que trabajar con autoridades fronterizas para asegurar que la carga sea aprobada y sea atendida de manera rápida. La integridad de la cadena de suministro es crítica, una vacuna es un material muy delicado, si su rango de temperatura cambia, debe ser desechada”, asegura la IATA.
La planeación
Pero la distribución y el mantenimiento de la cadena de frío no son los únicos elementos que de acuerdo con los especialistas debe considerarse para poder tener una logística de precisión para combatir el COVID-19.
De acuerdo con José Ambe, CEO de Logística de México, otros aspectos que toman relevancia en estos momentos, son la planeación de los inventarios y la trazabilidad con el objetivo de tener un control más efectivo sobre la distribución de dicha vacuna.
“El nombre del juego más que la distribución es la planeación de los inventarios para poder simular una distribución logística competitiva. Depende mucho del lugar donde se va a manufacturar y traer la vacuna, saber si la entrega de ésta se va a hacer en un solo envío o por distintas etapas de consumo y así poder determinar las rutas y medios de transportación”, explica.
Mientras para el representante de la AOLM, José Antonio García, para asegurar que todas las vacunas se entreguen a quienes las deben recibir, el producto debe cumplir con un proceso de trazabilidad, es decir, cada pieza de cada lote debe contar con un código de serialización y un sistema de identificación a prueba de falsificaciones (tintas, sellos, etiquetas).
“Con el código de serialización, se debe hacer un registro metódico de los números de lote, cajas y piezas, además de un control exacto de cajas por destino. En ese sentido, el centro de distribución debe seguir un control de inventarios FEFO (first expired, first out, el primero en caducar es el primero en salir) en los embarques”, dijo.
Seguridad
No obstante, para el presidente de la AOLM, Mario Aguilar, otro de los principales retos para que efectivamente la vacuna llegue es que, desde su punto de vista, en el mercado mexicano existen pocos operadores logísticos especializados para llevar a cabo una distribución a gran escala con las características que se requiere, a lo que hay que sumarle el riesgo de sufrir un incidente en el traslado.
“Se requiere de la cooperación por parte de la industria privada y el gobierno para utilizar toda la infraestructura disponible para garantizar el abasto a la vacuna a nivel nacional y lograr las entregas sin incidentes”, agregó.
Finalmente, para Gabriel Conde de Logistic World, a diferencia de otras vacunas la del COVID-19, “va a venir como oro molido y estamos viendo que los custodios y los protocolos antiasalto pueden verse rebasados. Se va a requerir que el gobierno diga si la Guardia Nacional va a custodiar o cómo va a apoyar para salvaguardar la distribución”.