Las primeras dosis de la esperada vacuna contra COVID-19 llegaron a México, teniendo como uno de sus principales retos la logística para que sea distribuida desde su lugar de fabricación hasta el sitio donde será aplicada a la población.
Esto debido a que la vacuna debutante, elaborada de manera conjunta por los laboratorios Pfizer y BioNTech, requiere de ultra congelación a menos de 70 grados centígrados, por lo que conservar la cadena de frío implica un gran desafío tanto para el laboratorio, las empresas de logística y las autoridades.
El primer paquete enviado a territorio mexicano fue recibido a finales del año pasado y constó de tres mil dosis, ensayo que sirvió para calibrar la cadena de frío para su almacenamiento, distribución y aplicación, en lo que será un largo y complejo proceso de inmunización que avanzará conforme se realicen más entregas.
Eventualmente se integrarán más vacunas a la estrategia, aunque no todas requieren del complejo proceso de manejar ultra congelación.