La transición hacia la electromovilidad es una realidad en el mundo, aunque es un hecho que hay países más avanzados que otros.
En este sentido, México puede jugar un papel preponderante, al ser potencia en producción mundial de vehículos pesados y uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), algunos aspectos necesarios para que el país entre de lleno a la electromovilidad son:
Incentivos. De acuerdo con Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la agrupación, los países donde se ha visto una mayor presencia de vehículos pesados eléctricos son aquellos que han contado con programas gubernamentales sólidos, como es el caso de California, en Estados Unidos.
Reconversión. México, una potencia mundial en producción de vehículos pesados, necesitará reconvertir las plantas productivas enfocadas en diésel hacia la electromovilidad. “Ya tenemos un par de plantas que ya están fabricando vehículos pesados eléctricos”, destaca el directivo al mismo tiempo que recuerda que hay alrededor de 6 vehículos o prototipos que ya circulan o circularán en el país.
Infraestructura. El directivo reconoce que si bien la electromovilidad es el camino trazado, aún falta infraestructura energética para recargar.
Recuerda que hay aproximadamente 9 mil estaciones para abastecer diésel y alrededor de 75 para gas natural, mientras que las estaciones de recarga eléctrica apenas suman 38, sin tomar en cuenta que algunas de estas no tienen la suficiente capacidad para un vehículo pesado, o bien, que son privadas.
“Se tiene que trabajar en infraestructura, no queremos que nos pase lo que estamos viviendo con el DUBA; entonces la principal forma de empujar la electromovilidad como se ha hecho en otros países, es primero invertir en infraestructura energética”, dijo Elizalde.
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